THE STAND (APOCALIPSIS)
Editorial: Marvel - Panini.
Guión: Roberto Aguirre-Sacasa.
Dibujo: Mike Perkins.
Reseña: El Buen Ñoño Wise
Hoy, mis queridos hermanos en la secta del noveno arte, les traigo otra mini-reseña de una joyita que muchos ya deben conocer. Me refiero a “The Stand”, la novela gráfica guionizada por Roberto Aguirre-Sacasa e ilustrada por Mike Perkins, que llevó a viñetas el relato homónimo del maestro de maestros Stephen King. Ojalá su nombre baste para captar su atención inicial.
Este ambicioso proyecto buscó algo distinto a proyectos similares realizados por Marvel. Un ejemplo es lo planteado con la realización de precuelas en formato de novela gráfica a una gran serie de libros escritos por King, “La Torre Oscura”. Estos cuentos complementarios pertenecientes al mismo universo tenían la responsabilidad de intentar mantener la calidad del relato original, pero también las ventajas que conlleva la creación medianamente libre de circunstancias para personajes y escenarios ya desarrollados. A diferencia de esto, lo que Marvel pidió a Aguirre-Sacasa fue la adaptación fiel del texto al formato cómic a la hora de hacer “The Stand”.
Y triunfó totalmente.
Para quienes ya han leído a King más de alguna vez (y para quienes no, lo digo igual y además lo recomiendo), este autor construye situaciones humanas potentes, en las cuales el comportamiento humano y su increíble variedad de matices suele tomar un rol protagónico. Luego, y para armar un personaje cognoscible y multidimensional, no escatima espacio en describirnos su historia particular a base de gran cantidad de detalles que no se hacen aburridos si uno sabe a lo que va. Es ahí donde el cómic tenía una dificultad: lograr esa misma profundidad en un formato más inmediato y directo. Quizá y por eso mismo “The Stand” es un tebeo que parte lento, y que tal como a una novela hay que tenerle paciencia, candor y confianza. Vale la pena dejarse llevar, y de a poco nos iremos dando cuenta que los recuadros de la narración omnisciente sabiamente administrados más los dibujos espectacularmente compuestos de Perkins van tomando fuerza a medida que los muchos personajes, inicialmente presentados muy distantes y variopintos, van uniendo sus destinos en esta maraña de eventos que nos plantea el autor original.
No es mi idea contar exactamente de qué va la novela, pero sí diré al menos el argumento: un funcionario de una instalación secreta del gobierno escapa de esta luego de un brote de un virus letal y altamente contagioso, llamado “El Capitán Trotamundos”. Luego de poco tiempo, la gente empieza a morir de una manera alarmante y despiadada. La nación, Estados Unidos, colapsa inexorablemente, pero algunas personas -muy pocas- sobreviven sin saber la razón. Algunas de ellas, en diferentes lugares del país, comienzan la jornada por la supervivencia en una tierra de nadie, mientras de a poco comienzan a descubrir una arista sobrenatural en esta macabra situación: algunos de ellos sueñan con una anciana en el corredor de una casita ubicada en el medio de un maizal, que los llama para reunirlos. Pero también, a veces, tienen pesadillas con otro personaje de muchos nombres. Se le conoce como el hombre sin rostro, el andarín, el hombre oscuro, el dandy, el coco, y en algún momento se llegará a afirmar que su nombre es legión y que una vez fue enviado a morar en una piara de cerdos… pero en este momento responde al nombre de Randall Flagg. Aunque también ha sido Richard Fry, Ramsey Forrest, Richard Franq y otros hombres, durante mucho tiempo. Un misterio delicioso pero macabro y que nunca termina rodea su existencia.
Así comienza una excelente novela gráfica de terror, pero repleta de elementos de otros géneros que la hacen una obra maciza, que se toma su tiempo para introducir a nuestros protagonistas y antagonistas, haciendo que los conozcamos profundamente, y que nos lleguen a importar de una u otra forma. Excelentes personajes secundarios rondan mi memoria en este momento, pues se han quedado conmigo (¡Cáspita, sí!), como el maravilloso Tom Cullen, o el fiel Kojac, el perro que logró llegar a la zona libre de Boulder, Colorado, luchando por su vida y entendiendo más cosas del conflicto que sus compañeros humanos jamás imaginarían…
…pero no quiero privarlos del placer de descubrir capa a capa este tesoro del noveno arte. Bien pueden hacerlo ustedes mismos, y si alguna vez se encuentran en un grupo y sienten un escalofrío en su nuca, sus vellos se erizan levemente como si hubiesen sido tocados por un mal sueño y alguien se presenta con un nombre de iniciales R.F. pues miren a su alrededor y descubrirán si alguien más sabe lo que ustedes saben: de la gesta épica entre el bien y el mal, entre la zona libre de Boulder y la ciudad de las luces.
En ese momento más les vale alejarse y ponerse a rezar.
9/10